Wiki Gatopedia
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Etológicamente, los gatos ven a los humanos como a un sustituto de sus madres, viviendo una especie de prolongación durante su madurez de la época en la que son cachorros.

Sociabilidad

Gato sociable

El comportamiento social de los gatos no sólo ha sido motivo de discusión entre los especialistas en comportamiento animal, sino también de entre éstos y los propietarios de estos animales de compañía. Entre los primeros, las opiniones comprenden un rango acotado desde aquellos que opinan que los gatos son una especie asocial hasta los que sostienen que este tipo de felinos pertenecen a una especie parcialmente social. Por el contrario los dueños de los gatos no dudan en afirmar que estas opiniones son totalmente incorrectas y que sus animales son altamente sociables.

Estos diferentes puntos de vista, en realidad parten del error de tomar como sinónimos dos términos, comportamiento social y comportamiento sociable. El término social se refiere no sólo a la pertenencia a un grupo o sociedad sino también a la necesidad que tienen sus miembros de interactuar entre sí para sobrevivir en un entorno determinado y a la importante influencia que ejerce el comportamiento de unos sobre los otros. En cambio el término sociable está restringido únicamente a la disposición o inclinación de los individuos hacia otros seres de su misma o de otra especie, aunque no tengan la necesidad de interactuar con ellos para su subsistencia ni que su comportamiento se vea influenciado de manera llamativa por los mismos. De este modo es posible inferir que todos los animales pertenecientes a una especie social son sociables pero que no todos aquellos que son sociables pertenecen a una especie social.

Comportamiento social de los gatos

En lo que respecta al comportamiento social, para clarificar mejor este concepto, resulta de utilidad recurrir a un análisis comparativo del comportamiento social de dos especies animales que en la actualidad conviven en estrecho contacto con los seres humanos: los perros y los gatos. Los primeros conforman una especie altamente social en la cual los individuos que conforman un grupo de pertenencia dependen unos de otros, no sólo para lograr la subsistencia sino también para tener una buena calidad de vida. En este caso vale la pena mencionar que un grupo determinado puede estar conformado exclusivamente por congéneres o por un perro y una familia humana. Por el contrario los gatos no dependen unos de los otros para su subsistencia y por lo tanto muchos los consideran una especie asocial. No obstante ello, debido a diversas observaciones realizadas en situaciones en las cuales varios gatos conviven en un mismo hábitat, muchos especialistas consideran a esta especie como parcialmente social.

Gatoybebe

Cuando una especie animal se alimenta de lo que caza debe necesariamente utilizar una estrategia que sea eficiente y eficaz para poder lograr su cometido, es decir, atrapar su presa. El gato salvaje africano (Felis libyca), el antecesor del gato doméstico (Felis catus), caza en forma solitaria ya que esto suele traerle buenos resultados tanto si las presas son de menor tamaño que él como, incluso, si son de igual tamaño. Por el contrario los lobos (Canis lupus), los antecesores salvaje del perro doméstico (Canis lupus familiaris), que habitualmente cazan presas mayores que ellos, utilizan en la mayoría de los casos la cacería en grupo ya que la misma es más sencilla y menos riesgosa que la caza individual. Este beneficio, debido al sistema social jerárquico de esta especie, supera con creces al hecho de tener que compartir la comida. Es así que el lobo, cuyos lóbulos corticales están mucho más desarrollados que los del gato, suele conformar una unidad grupal, la manada, la cual viaja, caza, se alimenta y descansa, en una unidad estrecha entre todos los miembros del grupo. Este mismo comportamiento social y conformación cerebral está presente en el perro. En cambio el cerebro del gato está ampliamente especializado para permitir que los individuos de esta especie sobrevivan como cazadores solitarios desde edad muy temprana.

Otro dato ilustrativo es que en las especies altamente sociales, como son los lobos y perros, existe un factor de suma importancia para que esas sociedades puedan funcionar armónica y adecuadamente y, por lo tanto, ser viables a lo largo del tiempo: un estricto sistema de orden. Por el contrario en las especies de hábitos solitarios cuyos individuos no necesitan ni dependen de un grupo social para su subsistencia, como es el caso de los gatos, cada animal decide lo que hace en su vida de independencia. Es así que cuando uno observa una jauría seguramente notará que un individuo irá al frente de la misma, tomando la iniciativas y las decisiones, mientras que los otros miembros ocupan diferentes posiciones jerárquicas; además los integrantes del grupo permanecerán juntos la mayor parte del tiempo. En cambio cuando uno observa un grupo de gatos que momentáneamente se encuentran reunidos notará fácilmente que se trata de individuos que actúan independientemente los unos de los otros en una situación de tolerancia social. Estos "encuentros de vecinos" suelen producirse en un terreno neutral, con mayor frecuencia al atardecer. En dichas reuniones generalmente se observan gatos de ambos sexos, más o menos próximos los unos a los otros, formando un círculo. Dicha situación puede durar varias horas antes de que los participantes regresen a sus hogares.

Si bien por lo recién enunciado el gato es considerado un ser independiente, dicha características pueden variar cuando varios gatos son obligados a convivir en grupo, como sucede en muchos hogares cuyos propietarios deciden tener varios gatos. En estos casos suelen existir interacciones sociales que responden a un esquema de tipo jerárquico. Resulta habitual el establecimiento de reglas, aunque mucho menos rigurosas y estrictas que las existentes en una jauría de perros. Dichas reglas permiten la diferenciación entre individuos de mayor rango social y los que están relegados a rangos inferiores. En general los grupos de gatos están comandados por un jefe que posee autoridad absoluta sobre todos los demás miembros del clan, por lo que se lo denomina dominante. La mencionada autoridad no depende de características físicas sino que se establecen en base al carácter. El gato dominante es absolutamente respetado por todos los integrantes del grupo. Por debajo de éste se encuentran gatos de rango intermedio que no suelen establecer diferencias jerárquicas entre sí. Por tal motivo en la convivencia entre los mismos reina una relación de cordialidad. Finalmente pueden existir uno o más individuos de rango más bajo, los denominados gatos parias. Estos desafortunados individuos suelen ser los gatos más tímidos y usualmente son perseguidos y maltratados por los demás. Tal es así que suele vérselos refugiados en un rincón o encima de un mueble y dilatar las pupilas y gruñir en actitud temerosa ante el acercamiento de otro gato. Los gatos parias viven en una permanente condición de temor ya que habitualmente son el blanco del desahogo de la agresividad de los demás integrantes del grupo.

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En la vida de estos felinos también existen situaciones en las cuales pueden actuar como una especie verdaderamente social, evidenciando no sólo tolerancia sino también ayuda mutua y cooperación. Esto es particularmente así cuando una hembra tiene gatitos. Se ha observado a otras hembras traer comida a la nueva madre y ayudar a criar a los cachorros. Algunas veces, en estas circunstancias, los machos también pueden comportarse en forma cooperativa. No obstante, es necesario aclarar que ninguna de estas actividades suelen ser muy habituales en los miembros esta especie.

Según lo expuesto es posible concluir que si bien los gatos suelen ser de hábitos independientes y no necesitan de la vida en grupo para su subsistencia, existen determinadas condiciones de vida en las cuales pueden adaptarse a, o incluso necesitar, la convivencia en grupo estableciendo interacciones sociales entre los miembros del mismo. Es por ello que, según las circunstancias, los gatos pueden actuar como una especie asocial, parcialmente social o incluso social. Sin embargo hay consenso entre la mayoría de los especialistas en definir a los gatos más como una especie territorial que social.

Comportamiento sociable de los gatos

En lo que respecta al comportamiento sociable, es decir la sola disposición o inclinación de los gatos hacia otros seres de su misma o de otra especie, este es particularmente elevado no sólo entre congéneres sino especialmente entre los gatos y los seres humanos. La sociabilidad del gato hacia estos últimos tiene su origen en el antecesor del gato doméstico, el ya mencionado gato salvaje africano. Este felino, a diferencia de otras especies de gatos salvajes, evidenció desde su primer contacto con colonias humanas una inclinación para permanecer cerca de las mismas sin reaccionar frente a la presencia del hombre. Esta característica seguramente brindó a estos gatos beneficios acerca de la explotación de las mayores concentraciones de roedores que habitaban alrededor de las granjas. A su vez la proximidad del hombre seguramente provocó una menor densidad de predadores lo que probablemente aumentó las posibilidades de éxito en la procreación y en la supervivencia de los individuos. Esta es la causa más probable para la explicación de porqué los gatos domésticos correctamente sociabilizados con los seres humanos no sólo no huyen de los mismos sino que además buscan su compañía.

El gato doméstico se habitúa fácil y rápidamente a la presencia humana, aunque conserva un amplio margen de autonomía que le permite establecer sus propias normas de convivencia. Tal es así que usualmente es el gato quien decide la oportunidad del acercamiento, siendo él quien elige buscar o aceptar las caricias, jugar o permanecer a cierta distancia de los miembros de la familia humana. Sin embargo, vale la pena aclarar que con los procesos selectivos que producen la aparición en escena de diferentes razas de gatos el comportamiento social y el comportamiento sociable de los miembros de esta especie está sufriendo algunos cambios que generalmente llevan a aumentar su dependencia con el hombre. No obstante ello, dichos cambios no son suficientes, al menos hasta la actualidad, como para alterar la naturaleza o la intensidad de la mayoría de las respuestas comportamentales de los gatos.

En síntesis el gato doméstico es un animal sociable que según las circunstancias puede actuar como una especie asocial, parcialmente social o incluso social, que ha elegido libremente la convivencia con los seres humanos y que todavía conserva poco alteradas, en comparación con el perro, tanto las características físicas como las comportamentales de su antecesor salvaje.

Comportamiento

Véase de referencia: Comportamiento y educación de gatos
Gato enpapel

Los gatos, a diferencia de los perros, son animales territoriales, por ejemplo, los gatos tienen un comportamiento muy específico basado en la gestión de su territorio. Sólo cuando se sienten seguros en su territorio, desarrollan una relación con las personas o con otros animales.

Gato como animal solitario

Los animales solitarios como los gatos, necesitan independencia y privacidad. No les suele gustar compartir su territorio con otros individuos, sean estos otros gatos, otras mascotas o personas.

Los propietarios de uno o más gatos, tratan frecuentemente a sus mascotas como a un grupo capaz de compartir los recursos de una forma igualitaria. En realidad, sus gatos viven de una forma más independiente, con poca interacción entre ellos. En estos casos, cualquier interacción a la que se vean obligados, puede ser fuente de conflicto (por ejemplo, compartir la bandeja de arena o los comederos). Cuanto mayor sea el número de gatos en la casa, peor puede volverse la situación. La cohabitación con otros gatos puede ser altamente estresante para un gato, aumentando la posibilidad de que este padezca problemas médicos o de comportamiento.

Gato territorial gato de mierda chupa pija

Los animales territoriales como los gatos, tienen una relación muy fuerte con su territorio, mucho más fuerte que con sus ocupantes.

Los gatos no necesitan obligatoriamente un territorio muy amplio; pero en todos los casos, lo que necesitan es poder organizar su espacio, dividiéndolo al menos en 3 áreas:

  • Áreas aisladas en las que los gatos pueden descansar: son zonas en las que el gato no suele ser molestado y pocas veces las comparte con otros gatos.
  • Áreas de actividad, en las que el gato puede jugar, cazar, comer, defecar y orinar: dependiendo de la cantidad de recursos disponibles, el gato puede verse obligado a compartir estas zonas.
  • Zonas de paso entre las distintas áreas (las define durante las actividades de exploración): Estos caminos solo cambian cuando se produce un cambio en el entorno.

Mientras estas zonas y los caminos entre ellas no cambian, los gatos se sienten seguros. Cualquier cambio en el entorno, puede romper la armonía en el territorio y provocarle estrés.

Costumbre

Gato comiendo

A veces al ver a nuestro gato correr a altas horas de la madrugada, beber de un grifo goteando o oírle rechinar sus dientes al lado de una ventana, hemos pensado que nuestra mascota no estaba bien de la cabeza. Esto sucede porque le observamos desde nuestro punto de vista , pasando por alto su instinto. cuando los felinos actúan de modo extraño, puede ser porque perciben estímulos que nosotros no podemos oír, ni ver.

El gato se apoya en ti

Cuando un gato apoya sus patas en el estómago de una persona y las mueve rítmicamente, está amasando . Este comportamiento es muy común en los primeros meses de vida, puesto que las crías amasan las tetillas de su madre para que baje la leche. Este acto queda grabado en algunos gatos, que de adultos lo siguen haciendo a sus dueños, normalmente en la tripa o en las piernas.

Frota su cabeza contra ti

Si tu gato adopta esta conducta, simplemente trata de decirte que tú perteneces a su territorio, es decir, que te acepta como parte de su vida. Esto indica que nuestra mascota está muy contenta y a gusto , por lo que es un privilegio que adopte este comportamiento con nosotros.

Toman agua de un grifo que gotea

Esta forma de beber es muy común, e incluso algunos animales sólo toleran beber agua de este modo. Andrea Dorn, investigadora de la Universidad de Lowa, dice que “posiblemente lo hagan porque el agua es más fresca y porque pueden considerar un reto abrir el grifo”..........................................

Tapar el plato de comida

Es una de las actuaciones más peculiares que puede tener tu gato y sólo ocurre cuando tienes un animal con un paladar muy exquisito , puesto que el gesto de tapar el cuenco de la comida significa que ésta no es de su agrado.

Juega con un ratón muerto

Lógicamente, esta conducta sólo la presentan los gatos que viven en el campo o salen de casa. El jugar con una animal muerto, forma parte de su instinto como antiguo cazador y depredador. Nicholas Dodman, etólogo, comenta que “seguir jugando con la presa una vez muerta nos revela que a nuestro gato le encanta cazar y que no quiere que la diversión acabe tan pronto”.

Se muerde así mismo

Esta conducta es muy importante vigilarla, puesto que es un indicativo de que nuestro gato está molesto por algo o está desarrollando alguna enfermedad cutánea, tal como hongos o dermatitis. Lo normal es que se muerda o arañe para aliviar un dolor o picor. Si la conducta se reiterará en el tiempo, deberíamos acudir al veterinario.

Hace sonidos con sus dientes cuando ve algún insecto o pájaro

El gato doméstico aún conserva un fuerte instinto , por lo que si presenta este comportamiento simplemente significa que está observando los movimientos de su presa. Es decir, hay que extremar las precauciones si nuestro felino adopta este comportamiento ante un pájaro o animal pequeño que viva en casa y esté a su alcance.

Saca arena del arenero

Esta manía puede resultar molesta y poco higiénica, pero sólo significa que a nuestro gato le gusta escarbar en su caja de arena. Para corregirlo podemos recurrir a rociarle con un poco de agua cada vez que le veamos hacerlo o decirle un no rotundo.

Juega con el inodoro

Esta conducta, según los expertos puede tener dos significados. Algunos etólogos afirman que el gato se sube al inodoro para intentar pescar , debido al movimiento que hace con sus patas. Otros apuestan por respuestas más sencillas, señalando que los animales sienten curiosidad por los reflejos de la luz en el agua.

Te lame

Felicidades, realmente has conseguido crear un vínculo muy fuerte con tu mascota, puesto que te está limpiando o aseando. Esta conducta no suele ser muy frecuente, ya que lo felinos sólo asean si hay lazos muy estrechos, como entre madre e hijos o entre hermanos de la misma camada.

El aseo diario

El gato es conocido por tener una limpieza irreprochable, puesto que pasa hasta un tercio de su tiempo de vigilia limpiándose. De esta forma, mantiene su piel en buenas condiciones y la vuelve suave, brillante e impermeable, extendiendo con su lengua la grasa secretada por las glándulas cutáneas. Algunos gatos tienen un pelaje tan espeso y tan largo que es necesario ayudarles cepillándolos. Lamerse es también un formidable masaje antiestrés, gracias a una multitud de receptores sensoriales situados en la dermis. Sin embargo, singularmente, el gato es poco sensible a las variaciones de temperatura. ?Quién no ha visto nunca a un felino durmiendo sobre un radiador o cerca de un fuego? Su 'abrigo polar' es su formidable capa pilosa de 800 a 1.600 pelos por centímetro cuadrado de piel, es decir, el doble que la del perro.

Los pelos de cobertura, largos y rígidos, dan color al pelaje, le protegen contra la lluvia y pueden erizarse en situación de peligro o de frío extremo; los pelos flexibles de la cola, y el subpelo, muy fino y ondulado, funcionan como aislantes térmicos. Al igual que nuestro cabello, el pelaje felino crece alrededor de 2 mm. por semana y se renueva por ciclos mensuales. La luz diurna es un factor determinante en los periodos de muda. Así, un gato que vive en el exterior hace dos mudas verdaderas por año, mientras que un gato de interior muda durante todo el año.

Alimentación

Artículo principal: Alimentación del gato

El gato raciona repetidas veces su comida. Si se le deja el alimento a libre disposición, hará entre 8 y 16 pequeñas comidas a lo largo del día, cada una con una duración de 3 minutos. Pero es preciso considerar que el gato no es un perro, por lo que no debe ser alimentado como él. Es un carnívoro estricto con necesidades nutricionales específicas y un sistema digestivo adaptado a su régimen. Su intestino es corto comparado con el del hombre -3% del peso del cuerpo frente al 11%- y su tránsito digestivo, cinco veces más rápido que el nuestro. Su alimentación debe ser muy digestiva y fraccionada. Un arsenal enzimático específico y una secreción estomacal muy ácida aseguran una buena digestión de los prótidos y lípidos, sobre todo de origen animal. Por el contrario, la parte de los glúcidos (cereales) debe ser limitada para evitar el riesgo de diarreas. Soporta bastante mal los cambios alimentarios y la leche, la cual, contrariamente a una idea generalizada, no siempre es bien tolerada después del destete. El gato doméstico ha conservado desde sus ancestros, que vivían en el desierto, la particularidad de concentrar su orina y ser poco bebedor. Los aficionados a las croquetas lo compensan lamiendo una veintena de veces por día su recipiente de agua, pero solamente bajo ciertas condiciones: el agua debe ser limpia, fresca, renovada periódicamente y dispuesta en un entorno tranquilo, lejos de la bandeja de arena.

El que no corre, vuela

Desde siempre, el hombre ha sido seducido por el arte y la armonía que desarrolla el gato en la caza y en el juego, ya que su flexibilidad y agilidad son notables. Esto se debe, en gran parte, a un esqueleto muy flexible compuesto por entre 279 y 282 huesos alargados, delgados y finos, y a unas articulaciones de gran elasticidad, debido a que sus clavículas no están soldadas al hombro y liberan así su movimiento. El gato se puede estirar, dar la vuelta y enroscarse como una bola, sus patas pueden, igualmente, efectuar una rotación bastante amplia y la cola puede moverse en todas las direcciones sin riesgo de luxación. Dotado de una musculatura muy potente, el felino hace gala de una fuerza considerable con relación a su peso, lo que explica sus saltos a alturas impresionantes -hasta cinco veces su altura y seis veces su longitud-, sus escaladas rápidas a lo largo del tronco de un árbol y su destreza en la lucha. Por el contrario, no puede mantener un gran esfuerzo durante un periodo largo de tiempo, porque el gato es un gran esprínter pero no un corredor de fondo. Su carrera es una serie de largos brincos y rasantes a una velocidad en la cual su estiramiento es máximo. El menor de sus gestos puede ser, a la vez, muy rápido y muy preciso: nunca una mano humana igualará a una pata felina, que nunca deja escapar a su presa.

Posturas de descanso

El gato en su momento de descanso es capaz de adoptar unas extrañas posturas. Suele ponerse con las patas apuntando hacia su pecho, se ve que tiene una postura de descanso con los hombros. También si han estado chupándose, pueden estar un tiempo con la lengua fuera, es decir, cerrando la boca tiene la lengua fuera.

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